domingo, 31 de julio de 2011

Regresan restos de héroes insurgentes a su morada en el Ángel de la Independencia

Benito Jiménez / Agencia Reforma

Ciudad de México

Los restos de los héroes insurgentes regresaron ayer a su morada, en el Ángel de la Independencia, entre llamados a la unidad para terminar con la desigualdad, la violencia, la injusticia y la corrupción.

Hace 200 años esos héroes encabezados por Miguel Hidalgo y Costilla, impulsaron en México un movimiento para soterrar la esclavitud y la pobreza.
A un bicentenario, la exigencia es la misma.

El viernes, frente a los restos de esos héroes, el presidente Felipe Calderón y representantes del Congreso de la Unión se reclamaron dejar intereses particulares y aterrizar acuerdos para continuar con los ideales de los caudillos insurgentes.
A cambio recibieron aplausos.

Tras una guardia de honor del presidente, los restos de los héroes nacionales fueron colocados en el interior del basamento del monumento a la Independencia.
El máximo homenaje militar, con uniformes de gala, implicó un cortejo fúnebre con 20 oficiales, 62 cadetes, 55 elementos de tropa, 11 vehículos, 7 motocicletas y 75 caballos.

Los restos póstumos de los 14 próceres fueron aplaudidos y reconocidos con claveles blancos y rojos durante su recorrido de Palacio Nacional al Ángel de la Independencia. Se oyeron varios “Viva México” y “Vivan los héroes que nos dieron Patria”.

“Ahí hijo, mira, mira, ahí va Hidalgo”, apuraba una señora.
Otros se quitaron el sombrero o la gorra durante la marcha fúnebre, pese a la lluvia.
“Esos sí fueron héroes, ellos sí merecen respeto”, sostuvo don Carlos Vidal, de 66 años, un carpintero de oficio, quien logró colocar un clavel en el vehículo donde fueron trasladados los restos óseos de José María Morelos y Pavón.

Otros como Fernando Peña no lograron ver ni de lejos las urnas. “Los señores de seguridad no me dejaron pasar al Ángel, mi familia y yo tuvimos que ir a un restaurante a verlo por la televisión. No se valen ese tipo de actitudes, que cuiden a su presidente, pero uno va a la ceremonia de los héroes”, lamentó.

El Estado Mayor Presidencial (EMP) selló parte de la Zona Rosa, la Colonia Cuauhtémoc y Avenida Reforma. “¿A dónde se dirige?”, era la pregunta obligada de los uniformados de negro.

Trabajadores de la zona tuvieron que esperar a que finalizara la magna ceremonia para acudir a sus labores. “No se vale, les muestra uno la credencial y el lugar a donde va uno y ni así”, reclamó una joven que atiende una cafetería.
El Estado Mayor Presidencial desplegó a 900 elementos en los alrededores del Ángel de la Independencia, mientras que el Ejército echó mano de francotiradores y la Policía Federal de grupos antimotines.

Al pie de la columna del Ángel, 120 soldados de Infantería ejecutaron el toque de Silencio y de Diana Antigua con precisión. Fue el momento más solemne, seguido por la salva de fusilería.

Los invitados especiales fueron colocados a los costados del pódium principal. Los ciudadanos que lograron ingresar a la glorieta del Ángel, fueron sentados al otro extremo, donde observaron el evento por pantallas gigantes.

El 30 de mayo de 2010 fueron extraídas las urnas que contenían los restos de los héroes de la Independencia y llevadas al Museo Nacional de Historia-Castillo de Chapultepec para su estudio. El 15 de agosto del mismo año fueron trasladadas a Palacio Nacional para recibir homenaje de los mexicanos.

Militares indicaron que los huesos fueron envueltos en paños de seda protegidos de cualquier agente externo. El basamento fue blindado para evitar filtraciones y ahora cuenta con un sistema para detectar humedad.

Fue un evento que causó orgullo para algunos que hasta llevaron su bandera tricolor. Otros lo aprovecharon para conciliar acuerdos.

El Sur, 31 de julio de 2011

sábado, 30 de julio de 2011

Festejará Pungarabato, 75 años de consolidarse como Cd. Altamirano

IGUALA, Gro., sábado 30 de julio de 2011



Por Alfonso Negrón

Ciudad Altamirado, Gro., Julio 30.- Desde su fundación se le conoció como Pungarabato, y hace 75 años se le llamó oficialmente Ciudad Altamirano; por lo que este domingo, en Pungarabato se festejará en grande la consolidación de esta ciudad como Ciudad Altamirano; así lo señaló Gustavo Juanchi Quiñones; presidente municipal.

Los festejos con motivo del decreto sobre el cambio, se realizarán el día 31 de Julio, ya que la fecha del cambio de nombre se efectuó el día primero de Agosto; pero esta ocasión cae un día lunes, y por motivos de ser un día laboral, se realizaré la festividad el domingo “para que acuda toda la familia al teatro de del zócalo”.

“La fecha correcta es el primero de Agosto es lunes y difícilmente pudiera haber una respuesta por parte de la gente de Pungarabato y por ello se realizara el día 31 de Julio, tenemos previsto iniciar a la una de la tarde para que termine a eso de las diez de la noche”; aclaró Juanchi Quiñones.

Cabe mencionar que el festejo se iniciará a partir de la una de la tarde, donde estará una banda tocando en el zócalo música viva hasta las seis de la tarde.

A las seis y media se tiene programado iniciar con el programa, hora en que dará inicio un comediante de la Ciudad de México, y posteriormente un ballet que estará encabezado por la casa de la cultura de Pungarabato.

La parte crónica sobre la decisión del cambio de nombre, estará a cargo del Secretario General del Ayuntamiento de Pungarabato, Feliciano Martínez Brugada; además del mensaje que dará el propio Presidente Municipal Gustavo Juanchi Quiñones.

El comediante Ricardo Alcalá, quien viene de México y ha realizado espectáculos en televisión, se llevará en promedio de una hora y media, o dos, en su actuación; el Ballet y la cantante Genoveva Quirino, se estarán intercalando con la lectura del acta constitutiva que da paso de Pungarabato a Ciudad Altamirano.

Este evento de celebración será iniciado temprano con la finalidad de que termine temprano, y toda persona que acuda a este aniversario tenga que regresar a sus casas a las diez de la noche; todo, por motivos de seguridad, o de inseguridad.

Copyright: Diario 21

Inician hoy actividades para evocar el natalicio del general Vicente Guerrero

El alcalde del municipio de Tixtla, Jorge Luis Campos Espíritu, informó que este año, los festejos que se realizan el nueve de agosto para conmemorar el natalicio del consumador de la independencia Vicente Guerrero Saldaña, podrían ser encabezados por el Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, dado que le entregaron la invitación correspondiente y la fecha coincide con la inauguración del nuevo hospital “Doctor Raymundo Abarca Alarcón”, en la que se tiene comprometida su presencia.

El edil indicó que el presidente podría realizar la inauguración y después trasladarse a la cuna del consumador de la independencia, para encabezar el acto formal conmemorativo del aniversario del natalicio del general Guerrero.

Cabe señalar que esta es la tercera ocasión que el alcalde de Tixtla anuncia que podría venir el presidente de la república a encabezar los festejos, porque se le hacen las invitaciones pertinentes, pero en ninguna ha venido, incluso el año pasado el representante fue un subsecretario, eso a pesar de que durante años, esa conmemoración formaba parte de la agenda cívica nacional.

El Campos Espíritu indicó que este año la organización de la fiesta será muy diferente que las anteriores porque por primera vez tiene apoyo económico por parte del gobierno del estado, “está mal que hable de un personaje que ya no está en este momento, pero con Zeferino Torreblanca lo único que nos enviaron fue apoyo logístico y un ramo de flores para la ofrenda ante el monumento del general, y todas las actividades que se realizaron en el marco de esta fiesta se solventaron con recursos del ayuntamiento”.

Campos Espíritu indicó que con Ángel Aguirre las cosas son diferentes, pues a pesar de que no lo apoyó en la pasada contienda electoral, el ahora gobernador ha dispuesto apoyos económicos para que se haga una fiesta del nivel que el pueblo de Guerrero merece, pues esta es una actividad que no es sólo para Tixtla, sino para todos los Guerrerenses que nos sentimos orgullosos de haber nacido en la tierra que tomó el nombre del consumador de la independencia.

La fiesta en honor a Vicente Guerrero inicia este sábado con la cabalgata de la victoria, en la que participan todos los charros de la región, quienes montados a caballo recorren una de las rutas que usó el general Guerrero durante la gesta independentista, y va desde la colonia INDECO en Chilpancingo hasta el zócalo de Tixtla. (Abel Miranda Ayala)


Diario de Guerrero, 30 de julio de 2011

lunes, 25 de julio de 2011

En Guerrero nació la Patria (Segunda y última parte)

José Gómez Sandoval



En Guerrero nació la Patria es una invitación a revalorar la participación del Sur guerrero en la lucha independentista de México e, insisto, a conocer lo que sobre ella han escrito nuestros historiadores. En el relato procuro entrecomillar o subrayar todo lo que proviene de otros textos, y cuando, suponiendo, no lo hice fue sólo para no refastidiar al lector, pero la fuente está en alguno de los títulos que enlisto al final del libro, donde los lectores interesados podrán saber de dónde viene esta rápida pero al menos unitaria versión de cómo Morelos pisó tierras surianas y empezó una guerra interminable.

De inmediato los lectores advertirán las largas y numerosas veces que le doy la voz cantante a Ignacio Manuel Altamirano. Lo hice así a propósito, con orgullo declarado. Tiene que ver con la queja e indignación de don Ignacio Manuel cuando afirma que ninguna toma militar ha sido más mal y brevemente contada que la de Tixtla, a la que –especifica– Carlos María de Bustamante le dedicó una hoja, Lucas Alamán una página y Lorenzo de Zavala unas líneas.

Enseguida advertí que en la Monografía Estatal editada por la Secretaría de Educación Pública a través de la Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos (1986, reeditado en 1994) con el torpe –en su presunta síntesis poética– título de Guerrero sur amate de mar y montaña, así como en la Historia Mínima de Guerrero (1967), del INEA, a la Toma de Tixtla le dedican menos renglones que los que por la distancia con que viajaban las noticias y por el control que el régimen virreinal mantenía sobre todo tipo de editor, le dedicaron periódicos y gacetas, y posteriormente Zavala, Bustamante, Alamán, Mora y demás ilustrados ignorantes, malintencionados o pichicatos encargados de callar, tergiversar o condenar los logros insurgentes en las montañas incendiadas del Sur.

Ante la evidencia de que ni el gobierno estatal ni el ayuntamiento de Tixtla tenían intenciones (en el caso de que las conocieran) de reeditar las espléndidas crónicas del antimonárquico, anticlerical y antitodo Altamirano tituladas Morelos en Zacatula y Morelos en Tixtla, dije Aquí va don Ignacio Manuel, con su Toma de Tixtla contada como Jenofonte en Anábasis o El regreso de los diez mil, la epopéyica Toma de Tixtla que aparentemente hasta los tixtlecos han preferido callar –no sé si por ese pasaje donde, después de que Vicente Guerrero le enseñó a José María Morelos huertas y jardines del valle de Tixtla, el general dijo:

–¡Qué hermosa es la tierra de usted, Guerrero, por donde quiera sembradíos, arroyos, colinas verdes y montañas magnificas! ¡Lástima de que la población sea tan chaqueta!
¡Por San Martín de Armendáriz!, chaquetos tiene como referente la chaqueta militar que caracterizaba a los realistas y, si Tixtla era nada menos que comandancia general, ¡cómo no iba a haber chaquetos en Tixtla! El antipatriotismo o realismo de Juan Pedro Guerrero –cuando pide a su hijo Vicente que abandone la lucha– ha sido motivo de poemas, representaciones teatrales y obras pictóricas, pero no configura un estigma, porque Juan Pedro se topó con pared. Como hablamos de chaquetas y chaquetos, antes que escribirle a Freud, hay que releer esa ilustre y soslayada crónica en que nuestro paisano romántico asegura que el general Morelos calificó el asalto militar a Tixtla de buen agüero, y repasarla cuando explica que “…Algunas horas después, la población, que había entrado en confianza, volvía a entregarse a sus tareas ordinarias”.

No creo que don Ignacio Manuel Altamirano mienta cuando, en su citado relato, Morelos se queja con Guerrero del realismo que se respiraba en la cebollera ciudad, y Guerrero le contesta:

–Es lástima de veras, pero si logramos convertirla sacaremos de ella buenos soldados.
En cualquier caso, soy un ciudadano guerrerense metido a reunir y relatar lo que pasó en el Sur guerrero como le hubiera gustado encontrarlo cuando iba en primaria o en prepa. Con fotografías y dibujos, con datos biográficos y semblanzas al margen, con díceres y leyendas, intenté sumar a la historia un mínimo recorrido cultural por la región. Los lectores encontrarán aquí varios poemas, y hasta un corrido dedicado a Valerio Trujano. Faltan personajes, mapas, documentos, museos, ruinas prehispánicas, leyendas, mitos, máscaras, huipiles, sombreros, machetes y muchas otras cosas de esas que solemos olvidar porque convivimos con ellas cotidianamente o porque ya no las vemos tan seguido.

Si el lector cree o advierte que al libro le falta algo, pues que se lo ponga o, si de a tiro no aguanta el húmedo calor de los días (ya no tan patrióticos) que corren, pues que lo utilice de abanico.

Historia de bronce con aspiraciones de corrido.

Ojalá que el tinglado de poder y dinero que arrasó pueblos y conciencias no termine pareciéndose al desmantelamiento de la historia y de cualquier valor popular que la derecha emprendió desde que arribó a la Presidencia de la República. Fox fingía ser un simpático ranchero norteño cuando se quiso llevar a la virgen María al baile. En cuanto se pegó al pecho la banda presidencial –no sin antes saludar a sus queridos y tranzas hijos–, sus contlapaches se acordaron de que Benito Juárez fue cabrón con la iglesia retrógrada y convenciera y cambiaron su busto liberal y republicano por una estatua del arcángel Gabriel. En complicidad “hasta con el demonio” reprogramaron el autoritarismo con perro instinto de clase (el patrón y la maestra corrupta) y en orgías televisivas reconocen que sí existió la Independencia y hasta algo de Revolución, pero que, como los personajes que las representan, éstas eran –como nos las presentan en la pantalla– borrachas, mujeriegas y jugadoras, en su defecto peludas y trogoloditas, en todo caso estúpidas e ineptas.

El primer opositor al progreso de la entidad, Porfirio Díaz, vino a Guerrero, a finales de 1909, sólo para decirnos: la historia ya pasó. En 1949 se cumplieron cien años de la erección del estado y dentro de la tremenda fiesta conmemorativa que instrumentó, el gobierno de Baltazar R. Leyva Mancilla premió a científicos, historiadores, músicos, novelistas y poetas destacados. Tenemos historia, tradiciones, cultura, quiso decir. Guerrero es un estado chingón. Meses antes, el terreno regionalista fue sembrado con los dizque restos mortuorios de Cuauhtémoc.

En 1969, con mejor perspectiva y más afilados instrumentos de ataque, Moisés Ochoa Campos nos dio una buena síntesis de la historia de la entidad, desde los tiempos inmemorables en que los primeros supervivientes de esta tierra combatían contra megaterios hasta el proceso de las instituciones y de la cultura en particular.

En 1981, el gobernador Alejandro Cervantes Delgado retomó el gesto y se aplicó a recuperar y promover historia y cultura del estado con celo especial.

Buen pretexto encontró su sucesor y apologista, José Francisco Ruiz Massieu, en Juan Ruiz de Alarcón y su obra dramática para instituir las Jornadas Alarconianas, no tanto para convencernos de la calidad o importancia del autor de Las paredes oyen como para llenar los hoteles y restoranes de Taxco con turismo extranjero. En su administración se esfumó el que sería Museo de la Cultura Popular de Guerrero que su antecesor, Alejandro Cervantes Delgado, había imaginado como un templo de la cultura de las siete regiones del estado, mismo que dejó inconcluso. Varias salas ya estaban listas para su exhibición y collares de piedra, plumas de pájaro, vestidos de manta, arcones y biombos de Olinalá, no se diga toda la platería de Taxco, se perdieron en la bolsa –EL BOLSILLO– neoliberalista que tanta tirria le tiene a la historia patria y a la cultura popular.

Total que apenas nos estábamos sintiendo guerrerenses cuando nos salen con que la identidad nacional no sirve para nada y que, en la arrasadora e inequitativa globalidad, eso de ser guerrerenses estorba y apesta.

Las cosas están tan al revés que si a alguien se le ocurre que este sencillo libro con estampitas no recupera ni una parte de lo que en épocas románticas empezó a llamarse espíritu de Guerrero, estaré de acuerdo con él o con ella. A los que lo lean y sospechen que por su puro afán arrejuntador y rememorativo ya es una forma de resistencia, les voy a agradecer que me lo digan aunque sea por internet.

Contaré, por último, lo que en asterisco y letra pequeña puse al pie de lo que le dediqué a un compañero periodista: aquí te dejo esta crónica elemental que espero que leas sin recurrir a tus famosos métodos de lectura rápida, ya que se pasa de sintética y breve. Las erratas que encuentres las puse justamente para hacer felices a correctores compulsivos, como tú comprenderás.

Valga para todos, ahora que en los libros de primaria desapareció la historia de los pueblos originarios, tiempos, más bien, de antihéroes en que la recuperación de las memorias colectivas parece causa perdida y “hasta lo más sólido se desvanece en el aire”.

El Sur, 25 de julio de 2011

http://www.suracapulco.com.mx/opinion02.php?id_nota=8478

viernes, 22 de julio de 2011

En Guerrero nació la Patria (Primera de dos partes)

José Gómez Sandoval

En Guerrero nació la Patria / Las rutas de la independencia en el sur (IGC, 2010) es un libro de historia guerrerense con estampitas que escribí de manera casi fortuita. Con la cuarta y quinta lumbares pegadas a fuerza de doblarse ante una mesa de redacción periodística, tras advertir que tampoco tenía dedos de pianista, me dediqué a la creación literaria. La historia no es mi fuerte, reconocí ante las murallas de San Diego. Si lo fuera, seguro que me aplicaría en contar nuestras antiguas memorias con certeza de archivo, sin que faltara el correspondiente sello del ciudadano guerrerense que vive la historia refundadora igual que la cotidiana, aunque sólo lo sepa cuando éstas llegan al límite del humor negro y la paradoja.
No por eso escribí puro cuento. Todo lo que encuentren los lectores está en las obras que leí de aquí a septiembre (y que enlisto al final del libro), en su memoria personal o colectiva.

“Excelente síntesis literaria de la historia”, es la frase que más he escuchado de mis amigos, en cuanto al libro. Cuando me dicen “no está mal para venir de un escritor”, casi me siento feliz.

En la presentación de En Guerrero nació la Patria la maestra Alejandra Cárdenas dijo que extrañaba el aparato crítico que suelen emplear los historiadores y aseguró que no era un libro sencillo. En mi turno, apunté lo contrario: es sencillo, dije, con pretensiones de elemental.

Supongo que es un libro sencillo y elemental porque parte de la ignorancia que aprendí en la escuela primaria, reafirmé en secundaria y terminé de desleer en preparatoria, en bacanales de resúmenes e interpretaciones entrecortadas e inconclusas de maestros que ya andaban en la política o daban clases en otra parte o de libros con capítulos censurados por la nueva onda histórica sexenal, confundido sobreviviente, como todo escolapio mexicano, de las cada vez más frívolas versiones institucionales y absolutamente cercado, a doscientos años de haber mandado a chingar a su real madre a la Inquisición, por la simulación educativa que ha hecho de la Secretaría de Educación Pública mogijanga de Televisa.

Reconozco que ante las puertas del Archivo General de la Nación (ex Palacio de Lecumberri) me entró delirio de persecución, y que con trabajos superé el despedazadero de pueblos indígenas y la muerte de Tata Gildo, para no hablar de la profunda tristeza que irradian vestimenta e instrumentos litúrgicos de Morelos tras una vitrina encajada en escritorios burocráticos.

Un historiador serio –casi todos– no andaría de aquí para allá con su camarita de bronce intentando capturar en el parasiempre de una computadora los restos históricos de un pueblo marginado del desarrollo nacional que, en el ringlado de las políticas neoliberalistas y en el apelmazamiento de la superinformación (que relativiza tradiciones y convicciones ciudadanas), desde los tiempos del general Guerrero sigue quedándose colgado de la brocha.

Conocí al alcalde que mandó quemar el archivo municipal de Chilpancingo con el argumento de que no era más que papeles viejos e inservibles, y quiero contar lo de la pelotita. A dos días del campeonato estatal de basquetbol, tres representantes del equipo de Chilpancingo fuimos a su despacho a pedirle Uniformes Dignos y dos o tres balones. Para jugar basquetbol no se necesita uniforme, nos dijo. Básquet se puede jugar ¡hasta sin zapatos!... ¿Qué es lo único que se necesita, entonces?... ¡Un balón! ¡Nada más que un balón! Y pidió a uno de sus asistentes que se metiera por ahí a buscar una o dos pelotas de basquetbol.

–No hay balones de básquet, el que queda es de volibol –informó de regreso el asistente, y el alcalde le dijo: -¡Pos con ése!

–¡Pero este balón es de voli, señor! –protestamos.

–¡Pero es pelota!... –voliboleó el alcalde.

–Miren, muchachos –nos despidió. Ustedes, maestros, alumnos o lo que sean, andan en la… canija pelotita. ¡Les encanta la pelotita! Bueno, así como ustedes andan pensando en cómo hacerle para driblar y encestar, yo ando pensando en cómo en cómo llevar agua a las colonias, cómo resolver los problemas de la ciudad, ¡y ustedes me están pidiendo una chingada pelotita!

Poco antes de terminar su administración edilicia se supo que había mandado quemar el archivo municipal, presuntamente para deshacerse de unas notas de servicio de damas, copas y Tehuacanes traspapeladas, pequeño y enorme Nerón bueno para echarle cerillo a los archivos y a sus irresponsabilidades sociales: a los basquetbolistas les regaló una pelota de volibol, y de seguro también se quedaba riendo cada que en vez de agua potable a los colonos les repartía “su cubetota” de plástico y cada que el fuego envolvía los archivos de la comunidad, esos “papeles inservibles”.

Valga la digresión para darle cabida al presentimiento de que los papeles viejos de que hablaba el presidente municipal tenían una importancia histórica que supera la imaginación ciudadana y que va más allá de la afición a las casas de cita de un alcalde que, para acabarla de amolar, después de mandar el archivo del municipio al fuego, dijo que no sabía por qué lo criticaban tanto, para él era obvio que las oficinas del ayuntamiento ya no cabían en el edificio y que la memoria de un pueblo encajaba hasta en un jarrito de mezcal.

Desde que el libro empezó a medio circular, no me canso de agradecer a los amigos que en el segundo café ya se acordaron de Otra Terrible Errata, y a los que a la tercera copa ya saben de los coixcas, el nagualismo de Guerrero o las migrañas de Morelos más que nadie y se enfrascan en discusiones de aconteceres y fechas a modo de vértigo cívico, como si de veras la historia de México y del estado de Guerrero fuera parte imprescindible de sus vidas. Con tanta plática sincopada y sabihonda ya estoy propenso al halzhaimer histórico y desde el desfile del 20 de noviembre no voy al café ni veo series históricas en televisión.

En vez de una guía turística salpicada de historia –digo–, me salió una mínima, rápida y sintética guía histórica que confío que, antes que a los demás, interese a los que somos de aquí, incluyendo a los que les encanta discutir por discutir. El libro repasa leyendas, tradiciones, costumbres, un guiso guerrerense cocido a fuego lento, sin necesidad de inventar una sola palabra pero con la emoción de estar hablando de la gente con la gente, de la historia del estado de Guerrero como quien canta un corrido popular, preferentemente sobrio en su desarrollo y estilo, sobre el paradigma de los recopiladores de la historia patria del siglo XIX pero atiborrado de opiniones y prosas distantes y aun antagónicas, salpicado de datos a pie de página, recuadros, fragmentos volátiles y resabios de enciclopedias, revistas, periódicos y aun caducos (por más recientes que sean) manuales histórico-cívicos, por fin con la continuidad histórica y narrativa –insisto– que no encontré en los libros que leen los estudiantes guerrerenses.

Todo eso, pero de un plumazo.

No pretendo ser, siquiera, alumno destacado. Apenas estaba descubriendo las tres versiones de El Verdadero Lugar Donde Guerrero e Iturbide Se Dieron El Abrazo, que si en Acatempan no hubo ningún encuentro, que éste fue en Mazatlán, aunque, más que indicios, hay francas seguridades de que ocurrió en Tepecoacuilco…, cuando me enteré de que Teloloapan también se sumaba a la lista, papeles históricos en mano, y escapé del abrazo como pude.

Si algo lamento, es que en cada caso me quedé corto. Faltaron fotos, retratos y pinturas, callejuelas, paisajes de Guerrero. Una sucesión de hechos históricos más minuciosa y la vida de los héroes surianos contada de manera más amplia (y sin que al formador se le olvide o tergiverse ninguno), con sus limitaciones, padecimientos y aun contradicciones, pero destacando siempre su heroísmo y gallardía, rastreando la comprometida participación de las mujeres (que injustamente pretendí sintetizar en la figura de doña Antonia Nava de Catalán) y la enorme importancia que tuvieron en la lucha por la Independencia los grupos étnicos del Sur.

Voto por los historiadores, por los archivistas y, desde luego, por los archiveros, tanto por los que resguardan la historia en fichas como por los que preparan buena barbacoa. Verbigracia:

Cuando Herminio Chávez Guerrero habla sobre Ignacio Manuel Altamirano dice: esto me lo contó un tío o un vecino que conoció a Nachito Manuel de niño; cuando Nachito relata la Toma de Tixtla apunta: esto me lo dijo de viva voz un paisano que fue soldado del general Vicente Guerrero. Mi papá prefería el Querreque a los giros del tablao español, pero en honor a su gorra catalana y a su chachimba en Tixtla los asiduos al dominó del Perico Marinero lo llamaban Don Garcilazo de la Vega. Visto así, el viejo conquistador se robó a la joven novia tixtleca; en retrospectiva, el carrancismo de mi padre no era tanto como para no haber querido a mi abuelo Cayetano y respetado a mi tío Vicente, que sobrevivió a la Revolución y murió con un rifle zapatista en la mano. De la conquista –suponiendo–, el apellido Sandoval; de la Independencia, el chicote de arriero, pero sin mulas (¡cuando mi vecina Victoria Enríquez heredó los lentes del general Guerrero!...), de la vida ni el gabán de cerdas despeinadas y olorosas a sudor de mi abuelo, ni la espada que tanto peleaba León Felipe. Díceres, croquis antiguos e historiadores afirman que la casa donde crecí en Chilpancingo fue sitio de descanso y remuda de bestias de arriería, de ahí que pueque no sea pura presunción eso de que don Convincente Guearriero hace un alto en el comedor y, si nos levantamos temprano, hasta se sienta a tomarse un chocolate en agua con nosotros.


El Sur, 22 de julio de 2011

http://www.suracapulco.com.mx/opinion02.php?id_nota=8470

jueves, 21 de julio de 2011

Promueve la revista cultural Reevolución en Iguala recorridos históricos

Anarsis Pacheco Pólito

La revista igualteca Reevolucion en coordinación con el Colectivo de Guías Yoalan, realizó por vez primera los recorridos históricos en los monumentos del centro de la ciudad de Iguala, con la finalidad de promover la importancia de los espacios históricos.
Los recorridos organizados en coordinación con el Colectivo de Guías Yoalan, incluyen el monumento histórico a la Bandera, que se inauguró en 1942, la iglesia de San Francisco de Asís y la Plaza de Armas.
Los organizadores invitaron a diversas instituciones educativas para que conozcan la historia y simbología del conjunto arquitectónico de Iguala.
En algunos de los monumentos históricos en el caso de la Iglesia de San Francisco de Asís, en la que se cuenta con las “tallas” de las puertas en donde plasmó el pintor Félix Nuñez Vergara las costumbres y los orígenes de la ciudad.
Las escuelas que participarán en este proyecto fueron previamente seleccionadas.
Para los meses de septiembre y noviembre se harán recorridos especiales al Monumento de la Bandera por el 69 aniversario de su inauguración y sobre sitios históricos relacionados con la Revolución Mexicana.

El Sur, 20 dejulio de 2011

http://www.suracapulco.com.mx/nota1e.php?id_nota=105512

Afecta negligencia de empresa contratada por Zeferino a museo de sitio en Costa Grande: INAH

Karla Galarce Sosa

El director del museo de sitio de la zona arqueológica la Soledad de Maciel, Rodolfo Lobato Rodríguez señaló que la empresa constructora que la Secretaría de Fomento Turístico (Sefotur) contrató durante el gobierno de Zeferino Torreblanca Galindo, dejó inconclusos los andadores periféricos, no hizo contrato de luz desde que éste fue inaugurado el 23 de marzo pasado por el entonces mandatario estatal y, derivado de ello, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) multó al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), por lo que desde mayo pasado no tienen luz en el lugar.
Dijo que el sistema de seguridad, opera con baterías desde que la CFE impuso la multa de 30 mil pesos y, pese al compromiso que adquirió la actual secretaria de Turismo Estatal, Graciela Báez Ricárdez, el problema no ha sido resuelto.
Explicó que el corte de luz en el sitio, ubicado a 500 metros de la comunidad de la Soledad de Maciel, en Petatlán, fue realizado a una semana de que el ex gobernador Zeferino Torreblanca inauguró el museo.
“La empresa que contrató la Sefotur (dependencia del gobierno estatal) no dio de alta el contrato de luz ante la CFE, que impuso una multa de 29 mil pesos al INAH y, desde entonces no tenemos luz. Desde que nos entregaron el museo, nos hemos topado con una serie de problemas que el instituto ha tenido que resolver”, indicó el arqueólogo en entrevista.
Dijo que el 23 de mayo pasado se contó con la visita de Graciela Báez y se ofreció a solucionar el problema de luz por el que atraviesa la institución, sin embargo, el problema no ha sido resuelto.
En un recorrido que este medio efectuó el domingo pasado, se pudieron observar que los andadores perimetrales, tanto del juego de pelota, como del montículo B o unidad habitacional de los sacerdotes, están inconclusos.
“La Sefotur entregó la obra así”, indicó el funcionario federal y agregó que el encargado de la obra, cuyo nombre ni precisó, se comprometió a concluir el trabajo, sin embargo, una vez que el sitio fue inaugurado por Zeferino Torreblanca, no regresó.
El sitio arqueológico Xihuacán –que significa los poseedores del tiempo– está ubicado a 3.5 kilómetros de la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo en la Costa Grande y, de acuerdo con lo informado por el responsable del sitio, Rodolfo Lobato, la carretera que conduce al museo, debía ser pavimentada también como parte del proyecto de construcción del museo, sin embargo sólo fueron cubiertos con asfalto escasos 500 metros, mismos que las lluvias se han encargado de deslavar.
Reclamó también que en apenas tres meses que ocuparon el edificio de una planta, se hayan registrado “vicios ocultos” en la infraestructura que, con esta primera temporada de lluvias, se han descubierto, entre las que destacan las infiltraciones en paredes de salas de exhibición y otras áreas, por lo que el INAH ha tenido que resolver para evitar el deterioro de las colecciones allí expuestas.
Respondió que desde su apertura, el museo ha recibido a poco más de 600 visitantes, unos 200 en promedio y, que cerca de la mitad de ellos, son extranjeros provenientes de Estados Unidos, Canadá e Inglaterra; el resto son visitantes locales y grupos escolares.
“Nos preocupa que las autoridades que se encargan de promover el turismo, no hagan caso de la ayuda que solicitamos, sobre todo porque una buena parte de nuestros visitantes son extranjeros”, reclamó Lobato Rodríguez.
En el museo se exhibe una colección integrada por piezas extraídas de la zona arqueológica y se representa, desde el sistema de construcción que los xihuacanenses utilizaron para edificar sus casas habitación y templos; hasta utensilios como ornamentos, herramientas de labor en campo, textiles; así como los aros del juego de pelota que se utilizaron en las olimpiadas de 1968.
El discurso museográfico del lugar, estuvo a cargo del diseñador Víctor Hugo Jasso, quien ubicó al centro de la exhibición, la réplica de uno de los doce entierros humanos hallados cerca del juego de pelota; que funge como eje medular de las colecciones y centro de la información.

El Sur, 20 de julio de 2011

lunes, 18 de julio de 2011

Usa el INAH método de restauración no validado en los restos óseos de los héroes

Silvia Isabel Gamez / Agencia Reforma

Ciudad de México

Utilizado por el INAH en la conservación de los huesos de los héroes de la Independencia, se desconoce cómo puede afectarlos con el paso del tiempo.
Desarrollado por la restauradora Luisa Mainou, este método mixto consiste en un remineralizante, el Reconos 110, y un consolidante, el Reconos 220, que detienen la pulverulencia del hueso y lo dotan de mayor dureza y resistencia.

Aunque es empleado desde hace algún tiempo por investigadores del INAH, del Reconos no existen estudios ni reportes científicos publicados sobre cómo interactúan sus componentes con el hueso ni sobre sus resultados a largo plazo. Esto ha impedido que el método sea evaluado, validado, contrastado o criticado, y que pueda ser conocido en otros países.

Puesto que el INAH mantiene la información bajo reserva, se ignora en qué materiales fue probado antes de utilizarlo en los restos históricos de los héroes, y por qué se decidió emplearlo en lugar de otros consolidantes que han demostrado su eficacia y cuyos efectos pueden ser controlados.

Alejandro Terrazas, miembro del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, fue uno de los primeros que utilizó el Reconos por consejo de Mainou. Hace siete años lo aplicó a esqueletos de 11 mil a mil años de antigüedad, procedentes de cenotes y cuevas sumergidas.

“Se nos craquelaron”, recuerda el antropólogo físico. “Obtuvimos resultados dispares. En algunos casos se produjeron cristales en los espacios interiores, y eso es muy peligroso, porque si crecen rompen el hueso, y en otros hubo cambios de textura”.

Por esta razón, Terrazas probó con el químico Manuel Reyes García otro consolidante, al que define como “un pariente” del acetato de polivinilo, mejor conocido como resistol blanco, uno de los productos más utilizados en la restauración de restos óseos. “No es que (el Reconos) haya fallado”, subraya, “porque detuvo la degradación del hueso, pero no garantizaba su perduración a largo plazo”.

Sólo al cabo del tiempo se podrá saber, agrega, si el Reconos funcionará con los restos de los héroes, que en los meses de julio y agosto de 2010 fueron restaurados por un equipo de especialistas del INAH dirigido por Lilia Rivero Weber, coordinadora nacional de Conservación del Patrimonio Cultural. En septiembre de ese año, la propia funcionaria afirmó en entrevista que sería en 2011 cuando buscarían la certificación internacional del producto.

“Si nos hubieran consultado”, dice Terrazas, “les habríamos pasado nuestras observaciones y hubieran podido decidir si lo aplicaban o no (a los héroes), pero nunca nos preguntaron”.

Desde Guadalajara, el químico y restaurador Francisco Mederos-Henry es tajante al afirmar que no existen “productos maravilla” en el mercado y que incluso los más probados pueden fallar.

“Pero a un nuevo producto es indispensable que se le haga una serie de tests de rutina: se aplica en probetas, se envejece artificialmente, se mide la dureza y, después de eso, se hace una evaluación y se emite una hoja técnica”, explica. “Si las pruebas de envejecimiento acelerado, que son indispensables, no se hicieron, ahí sí hay una falla, un problema”.

La Casa Santiago, fabricante del Reconos, no incluye en la información que proporciona a sus compradores si estos estudios se llevaron a cabo, y en entrevista, uno de sus propietarios, Agustín Santiago, descarta que se hayan hecho.
Uno de los escasos materiales que aborda las propiedades del producto es una investigación experimental de la restauradora Maia Garay: Análisis comparativo de tres sustancias para la consolidación del hueso: Paraloid B72, Reconos 110 y 220, y calcio, disponible en la biblioteca de la ENCRyM.

La mayor parte de la información incluida sobre el Reconos, precisa la autora en el trabajo realizado en 2008, se obtuvo por “comunicación oral” con Mainou, debido a la falta de estudios publicados. “Esto es una desventaja”, anota, “para investigar estos consolidantes y sustentarlos, pues no tienen un referente bibliográfico”.
Para el análisis, Garay utilizó 27 muestras de un esqueleto humano descontextualizado procedente de Metepec. En sus conclusiones afirma que los resultados logrados con el Reconos son casi equiparables a los del Paraloid B72 en cuanto a resistencia y soporte estructural, pero la falta de información, considera, “impide su utilización por cuestiones de criterio y ética profesional”.
“¿Existe mejor validación que la práctica?”, pregunta la investigadora de la Dirección de Antropología Física del INAH Josefina Bautista, aunque tampoco ella sabe qué sucederá en el futuro con los restos óseos de mamut a los que aplicó el producto. “Cinco años no es nada, pero no me han reportado ninguna alteración ni deterioro. Es lo que hasta ahora sabemos del Reconos”.

El investigador del Centro INAH Quintana Roo, Allan Ortega, comenzó a utilizar el Reconos en enero para eliminar los materiales minerales adheridos a restos óseos procedentes del sitio de Oxtankah, de 800 a 900 años de antigüedad.

“A mí me gusta el producto y le veo mucha utilidad”, señala. “Pero no lo usaría en restos acuáticos, de pantano, o de contextos sumergidos. Ahí tendría más cuidado. En materiales de contextos secos podría utilizarlo, pero no si están bien conservados”.
Sobre el grado de deterioro de los huesos de los héroes, que padecieron la humedad y el abandono desde que fueron depositados en la Catedral Metropolitana en 1823 hasta que más de un siglo después fueron trasladados al contexto más seco de la Columna de la Independencia, no hay un acuerdo entre el propio equipo que estuvo a cargo de su conservación y estudio. Mientras que el bioarqueólogo Jorge Arturo Talavera asegura que su estado era de regular a bueno, Rivero Weber sostiene que estaban pulverulentos.

Durante meses, Reforma buscó a Mainou y a Rivero Weber, que pospusieron, cancelaron y finalmente negaron una entrevista con este medio.

El Sur, 18 de julio de 2011

domingo, 17 de julio de 2011

Fue Sara Castrejón una mujer comprometida con la fotografía

Karla Galarce Sosa

La primera mexicana que fotografió la Revolución, la guerrerense Sara Castrejón, era de carácter fuerte, principios sólidos, decidida, comprometida con su trabajo, adelantada a su época y sobre todo, poseía una libertad ideológica que nunca le hizo perder la feminidad.

Algunos relatos de la vida de la fotógrafa, fueron pronunciados, a partir de una gran cantidad de fotografías que le fueron legadas a su sobrina, Consuelo Castrejón de Del Rayo; a quien este medio entrevistó un par de días después de la presentación del libro Sara Castrejón, Fotógrafa de la Revolución, obra integrada por el investigador Samuel Villela Flores.

Orgullosa de “las tías”, Consuelo Castrejón contó que a sus dos años de edad, sus padres la dejaron en Teloloapan para hacer compañía a Sara y a Dorotea; ambas hermanas de su padre Simón Castrejón.

“A diferencia de otras personas, yo crecí entre fotografías”, dijo mientras mostraba imágenes en sepia y grises, tamaño postal y media carta, algunas con marcos de cartoncillo decorado que una a una, fueron colocadas por Consuelo en la mesa de su casa, ubicada en el fraccionamiento Marroquín, lugar donde se realizó esta entrevista ayer al mediodía.

Para Consuelo, el legado fotográfico no fue todo de las señoritas Castrejón (Sara y Dorotea), sino que se dijo admirada de la plenitud con la que vivió su familia, pese a que el único en tener descendencia fuera su padre.

–¿Alguna vez escuchó comentarios de su tía Sara respecto a que le hiciera falta hacer algo en la vida?

–No. Ellas vivieron una vida muy plena, vivían para la fotografía y gran parte de su tiempo lo dedicaron a ello –respondió sobre la pareja de hermanas, quienes siempre se acompañaron de Joaquín, quien cargaba el equipo fotográfico de Sara cuando se solicitaba alguna toma fuera del estudio, ubicado en calle Iturbide número 2 en Teloloapan.

Describió ese domicilio como una gran casa donde, la parte trasera, sirvió las veces de estudio y al que sus altas paredes, cubrían enormes telones de manta que eran pintados al óleo por Dorotea.

Para Consuelo, las lecciones de vida que le fueron heredadas han adquirido otra dimensión desde que se realizó una investigación sobre su pasado familiar, pues consideró que el resultado del trabajo de años de investigación de Villela Flores, le permitieron compartir con otras personas un pasado que ahora revive con las fotografías.

“Cuando hablaba con mis hijos de mi vida con ‘las tías’ pues lo asumían como algo común, pero ahora, escuchar de otras personas lo que ellas hicieron es distinto, porque ellas dejaron de ser ‘las tías’ y ahora son parte importante de la historia”, resaltó orgullosa.

Aseguró que su tía Sara, particularmente, “supo ganarse el respeto de la tropa, de los oficiales y cuando eran solicitados sus servicios en algún lugar del campo, había un grupo de soldados que la llevaban y traían a su casa, porque ellas siempre fueron respetadas”.

De las conversaciones que recuerda en la casa de Iturbide número dos, a sus escasos diez años, Consuelo rememoró las conversaciones de los hermanos, donde abordaba temas diversos, desde la política, hasta el modo en que solucionarían la cobranza de sus rentas.

“Ellas tenían una vida social muy peculiar, porque esa casa era visitada, lo mismo por un general, un obispo o gente del pueblo”, declaró.

Aunque la mayor cantidad de imágenes compartidas pertenecen al período de la Revolución, Consuelo Castrejón, expuso que lo que ella vivió en el estudio de las señoritas Castrejón, fue la producción de cientos de fotografías de vida social, puesto que familias enteras, parejas o individuos pedían retratos como recuerdos.
También iban a retratar a los muertos en sus cajas acompañados por la familia antes de ser enterrados.

La historia de vida de la fotógrafa teloloapense Sara Castrejón, fue reconstruida mediante anécdotas y fotografías que el investigador del INAH, Samuel Villela Flores integró en el libro que fue presentado el jueves por la noche en el Fuerte de San Diego.

El legado de Sara una veta por explorar

Villela Flores hizo referencia a que el legado de Sara surgió a partir de la publicación de su obra Los Salmerón, un siglo de fotografía en Guerrero y, “como ‘los encuentros con la vida’, así como dijo mi colega Rebeca Monroy, nos llevó al esposo de Consuelo Castrejón de Del Rayo que generosamente nos permitió copiar todo el materia y que posteriormente hallamos otros materiales en la Ciudad de México y en Teloloapan y con este material comenzamos a construir la biografía de la primera mujer que a nivel mundial tomó fotos de una guerra y la primera que tomó fotografías de la Revolución, a partir de la toma de Teloloapan el 6 de abril de 1911”, dijo en entrevista.

Sobre la obra de Sara Castrejón Reza, el investigador, dijo que inició en 1911, pero que prolongó a lo largo de una década.

“Ella toma fotografías, retratos, algunas fotos documentales de todas las acciones que pasan por su tierra; ella es una mujer profesional que retrata a quien se lo pide, a quien le paga sus honorarios y en esta medida, este oficio nos ha dejado una galería de imágenes muy interesantes porque nos permite conocer a los actores, a mitad de este proceso convulso, dramático que fue la Revolución en un ámbito local. Ahora, sabemos quiénes fueron de todas las acciones: carrancistas, maderistas, huertistas, los vemos en sus retratos, su efigie que nos enriquece”, dijo.
Es posible, continuó, pero creo que hay una mirada femenina en la Revolución, en la mirada de Sara Castrejón.

Aseguró que muchos detalles de la puesta en escena, del montaje de sus retratos, indican que Sara va más allá de lo que pudo haber hecho un fotógrafo varón. “Su forma de exponer ciertos elementos, le permite construir su mirada, una mirada que la hace que sea la mirada femenina de la Revolución, porque no hay otra documentada que nos haya mostrado un registro fotográfico de la Revolución. Creo que estamos ante una veta de investigación muy importante que nos va a permitir encontrar muchas cosas de la singularidad que de por si tiene esta excepcional esta guerrerense, teloloapense”.

Hasta antes que comenzara la investigación, expuso, sólo se tenían referencias de Natalia Baquedano como la primera mujer fotógrafa de la cual se tengan referencias. “Ella, Natalia instala su estudio fotográfico en la Ciudad de México, sólo dos años después de que naciera Sara Castrejón; algunos investigadores comentan que en 1890 ella puso su estudio y era, hasta hace poco, dentro de la historia de la fotografía mexicana, la única mujer conocida para esas fechas y con estas investigaciones recientes se han comenzado a conocer más casos de mujeres. Sabemos que en la época de la Revolución había trece mujeres en todo el país, pero no sabemos más de ellas, no sabemos qué hicieron, no sabemos si alguna tomó fotos de la Revolución y de Sara sabemos que tiene una mirada de perspectiva de género, de orientación pero este es un trabajo que hay que construir y será importante”, dijo Villela.

Finalmente resaltó que esa mirada, la de Sara, recoge ese compromiso con la imagen, con profesionalidad y para enfrentarse en situaciones tan difíciles que han seguido otras fotógrafas en otros ámbitos.

El Sur, 17 de julio de 2011

viernes, 15 de julio de 2011

Designa Cabildo Comisión Ciudadana que organizará el Bicentenario de Chilpancingo

El presidente municipal Héctor Astudillo Flores le tomó ayer la protesta de ley a la Comisión Ciudadana que iniciará los preparativos para la conmemoración de los 200 años de Chilpancingo como ciudad y primera capital independiente de la América Septentrional, con el fin de darle a esta entidad suriana la importancia que tiene en la historia de nuestro país, después de que en los festejos por el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución, llevados a cabo el año pasado, fue completamente ignorada.

La toma de protesta a esta Comisión Ciudadana se llevó a cabo en sesión ordinaria y abierta de Cabildo, cuyos integrantes aprobaron por unanimidad tanto su conformación como el hecho de que la Presidencia de este comité será rotatoria.

De esta manera, la Comisión Ciudadana que organizará los festejos por los 200 años de Chilpancingo como ciudad y primera capital independiente de la América Septentrional quedó integrada por Gustavo Adolfo Morlet Berdejo, como presidente; Mauricio Leyva Castrejón, como secretario, Jaime Salazar Adame como tesorero y Magdalena Vázquez de Huicochea, César Julián Bernal, Agustín Castañón, Concepción Carreto de Chavela y un representante de la Universidad Autónoma de Guerrero, como vocales. El nombramiento de estas personas fue en acatamiento al Bando Solemne emitido por el propio Cabildo de Chilpancingo en sesión abierta celebrada el pasado 14 de junio.

Antes de tomarle la protesta de ley a esta Comisión Ciudadana, el alcalde capitalino mencionó que el objetivo de estos festejos es, además de darle a Chilpancingo y a Guerrero la importancia que se merece en la historia de nuestro país, es que los guerrerenses, los ciudadanos de Chilpancingo, los jóvenes y los niños conozcan más a fondo lo que vivió esta ciudad hace más de 200 años.

Indicó que una de las primeras tareas de esta Comisión Ciudadana será realizar las gestiones necesarias ante el Congreso de la Unión y el Congreso del Estado para que asignen el presupuesto necesario para la realización de las actividades preparatorias culturales y de logística que ayuden a fortalecer los festejos de los 200 años de Chilpancingo como ciudad y primera capital de la América Septentrional.

Lo anterior, reiteró Astudillo Flores, es “porque el los festejos del Bicentenario pasaron sin gran trascendencia por Chilpancingo a pesar de ser una ciudad que tanto aportó a la independencia nacional y por eso creemos que esta es una oportunidad mucho muy adecuada, conveniente e importante, para poder celebrar nuestros 200 años”.

Aclaró que no por el hecho de nombrar una Comisión Ciudadana para organizar estos festejos, el Ayuntamiento de Chilpancingo se desentenderá, pero si es necesario que este Comité sea el que aporte, genere, convoque a la realización de las actividades con el objetivo ya señalado, por lo cual les reiteró todo su apoyo.

En su oportunidad, el primer presidente de esta Comisión Ciudadana, Gustavo Adolfo Morlet Berdejo, tras hacer una apretada remembranza de los hechos históricos que originaron que el Generalísimo Don José María Morelos y Pavón primero elevara a Chilpancingo a rango de ciudad y después la decretara como primera capital de la América Septentrional, hizo un público reconocimiento al alcalde Astudillo Flores y a los integrantes del Cabildo por haber propuesto que sean los ciudadanos chilpancingueños los que organicen sus propios festejos de los 200 años de Chilpancingo como ciudad y primera capital de México.

Asimismo, hizo una primera convocatoria a la ciudadanía en general para que presenten a esta Comisión Ciudadana sus propuestas para celebrar este magno acontecimiento.

Cabe hacer notar que poco antes, el regidor de Seguridad Pública, José Luis García Ramírez, propuso que a lo largo del bulevar Vicente Guerrero, principalmente en los puentes peatonales, se coloquen lonas con los nombres de quienes integraron el Primer Congreso de Anáhuac y que se ilumine debidamente para un mejor lucimiento. (Baltazar Jiménez Rosales)


Diario de Guerrero, 15 de julio de 2011

Pide académico que se divulgen hechos históricos ocurridos en Chilpancingo

Anarsis Pacheco Pólito

El maestro, escritor e historiador Jaime Solís Rendón, pidió que se coloquen placas alusivas a los hechos históricos que se vivieron en Chilpancingo.

Durante una de las charlas que organiza mensualmente en el Museo Regional de Guerreo titulada La historia a través del cine, el catedrático se manifestó ante la falta de difusión a la historia en la capital y el estado de Guerrero.

En esta actividad organizada con la finalidad de difundir más la historia de nuestro país, se proyectó el documental de la vida de Álvaro Obregón, contando con la charla de un especialista en la materia, en este caso de Jaime Solís quien ha escrito seis libros, tres de ellos en coautoría.

Durante su intervención agradeció la asistencia de la hija del mayor Esteban Estrada Meléndez quien salvó a Álvaro Obregón de la muerte durante su estancia en Chilpancingo.

Explicó que a pesar de que la capital formó parte de grandes acontecimientos históricos, no mucho se conoce de ellos ya que no se ha tenido una difusión adecuada y sería de gran importancia que las autoridades municipales realizaran algo al respecto.

“Aunque sea colocar unas placas que describan donde se hospedó Álvaro Obregón”, por decir algo.

El ponente explicó que desde su perspectiva la revolución se salvó en Chilpancingo debido a que el mayor Estrada no concluyó la orden de Carranza, quien exigía se pasara por las armas a Álvaro Obregón.

Al evento asistió un número importante de personas, a pesar de que el clima no favorecía debido a una lluvia intempestiva, el público estaba integrado mayormente por jóvenes y niños, quienes participaron en la charla con datos históricos.
Solís Rendón mencionó que gracias a este tipo de charlas se puede “aderezar” la historia, se puede provocar la necesidad entre los jóvenes de conocer sus raíces, empezando por los hechos que tuvieron vida en la ciudad.

“Si hubiera matado el mayor Estrada al revolucionario Álvaro Obregón, la historia seria otra”, concluyó.


El Sur, 15 de julio de 2011

http://www.suracapulco.com.mx/nota1.php?id_nota=105219

jueves, 14 de julio de 2011

Doña Carmelita Bernáldez

DOÑA CARMELITA BERNÁLDEZ

Jesús Boanerges Guinto López 

Todos los días tienen un peregrinar distinto. Se van minuto a minuto, con sus propios colores y emociones, con sus anhelos y esperanzas, con la dinámica o estática que cada quien le imprime.
Le hemos conferido al tiempo el valor de rector de nuestras vidas, y también se le ha otorgado el don de ser memoria de los días, recuerdo del pasado, voluntad del presente y fe del futuro.
En ese misterioso andar añoramos los destinos, los sitios, los lugares y los caminos que la vida misma se encargó de enseñarnos. Coyuca de Benítez es ese pedazo de tierra morena que impregna de sensibilidad social, para siempre, el pensamiento, la palabra y las acciones de sus mujeres y hombres.
Mi terruño es, como quiere Pablo Neruda, un pueblo de pescadores donde la red se hace tan diáfana que parece una gran mariposa que volviera a las aguas para adquirir las escamas de plata que le faltan.
En esa tierra de la Costa Grande, sacudida por su propia historia, vive la abuelita que ha sido, para muchos, la madre amorosa, el apoyo moral en momentos en que todo parece imposible, la vendedora de relleno de cuche de gran caridad humana, la abuelita a la que la gente en el pueblo cariñosamente le dice Doña Carmen, Abue, Mamá, Tía, Carmelita… porque todos saben que a sus 90 años es ejemplo de lucha, trabajo y amor.
Nació en San Jerónimo, se casó a temprana edad con Don Rogaciano Guinto, con quien trajo al mundo a Alma, Linda, Carmelita, Roberto (qepd) y Boanerges, todos ellos mujeres y hombres de respeto y reconocimiento, que hoy son madres, padres y abuelos que enseñan a sus hijos y nietos el valor del trabajo, la familia y la solidaridad humana.
La abuelita ha sido esencialmente comerciante. El pan y la tortilla fueron algunos giros de su actividad, pero convendrán conmigo en que no ha habido mejor sabor de relleno en todo el Estado de Guerrero que el de los domingos en casa de Doña Carmen Bernáldez Armenta, verdadero sitio de regocijo al paladar y auténtico festín culinario. En su elaboración confluían su alegre carácter costeño, el horno de barro y el sazón que sus hijas y nietas le heredaron.
Recuerdo su consejo maternal, sus bromas de abuelita traviesa, sus regaños a tiempo, sus bendiciones, su mirada tierna, sus bolillos con mole o relleno para ir a la escuela, su mandil con monedas que compartía con todos sus nietos, sus frases, sus dichos, sus palabras de mujer costeña… sus sabias palabras.
Seguro que lo mismo, y más, recuerdan mis hermanos  y primos Carlos, Christopher, Rubén, Erasmo, Liz, Migue, Cielo, Ale, Lety, Selene, Estrellita, Sebastián, Rodolfo, Roberto, Xóchitl, América, Darlene, Verónica, Berenice, Omar, Wendy, Saydi y Miriam, a quienes recuerdo siempre con especial afecto, cariño y cierta dosis de nostalgia.
Que el tiempo sea nuestro mejor aliado para seguir demostrando, en cualquier circunstancia, nuestro amor a la mamá-abuelita, a Doña Carmelita Bernáldez, porque también ella nos sigue entregando el mismo bálsamo en su longevidad luminosa.

Llaman a proteger áreas arqueológicas

SERGIO FERRER (Corresponsal)

Tlapa, 12 de julio. Gerardo Gutiérrez Mendoza, investigador que ha estudiado zonas arqueológicas en La Montaña desde hace 14 años, instó a los habitantes del municipio, al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y al ayuntamiento de Tlapa, a proteger los sitios, cuyos orígenes se remontan al año 700 aC, según pruebas científicas hechas con el método de carbono 14.

Un ejemplo es Contlalco, donde urge cercar el área arqueológica para evitar la invasión de colonos y la destrucción de estos vestigios, fechados aproximadamente en el año 700 aC, 500 aC. hasta llegar al año 50 aC, después de esa fecha, no se han encontrado en las capas de la tierra restos que permitan identificar asentamientos recientes.

El investigador de la Universidad de Colorado, Estados Unidos, que actualmente se encuentra realizando excavaciones en Chiepetlán, declaró que “la ciudad ha destruido la zona habitacional antigua de Contlalco, ahora queda proteger y conservar el área central”. Recomendó al INAH cuidar ésta y muchas otras zonas arqueológicas existentes en La Montaña.

Gutiérrez Mendoza detalló durante una reunión entre la delegada regional de Turismo zona Centro y Montaña, Yamileth Payán Sánchez, funcionarios de la SAI, la Sedeco y el Instituto Guerrerense de Cultura, con algunos representantes de municipios, que los vestigios de Contlalco son contemporáneos a sitios como La Venta, Cuicuilco o Monte Albán. Afirmó que antes de abrirse el mercado marítimo entre Acapulco y Oriente, en la región se desarrolló una gran civilización.

La Jornada Guerrero, 13 de julio de 2011