miércoles, 18 de abril de 2012

Sarita Castrejón, primera fotógrafa de la Revolución



Escrito por Ángel Ramírez Ortuño

“Nativa de la ciudad de Teloloapan, a lo largo de su existencia dedicó su tiempo a desempeñar el difícil pero hermoso arte de la fotografía”

Un día 26 de junio del año de 1996 conocimos en San Lucas, Michoacán a Don Francisco Nájera Castrejón, cronista municipal de Teloloapan, Guerrero, quien por aquellas fechas promocionaba su libro: “Jesús H. Salgado-Indómito Luchador”, y por ese motivo había acudido como invitado de honor a un Encuentro de Cronistas de Tierra Caliente, cuyo presidente era Don Alejo Montes de Oca, mientras que Viliulfo Gaspar fungía como cronista anfitrión sanluquense.

De aquel libro, editado en el año de 1994 con un tiraje de mil ejemplares, de su puño y letra nos dedicó uno de esos libros con el siguiente texto: “Con afecto para el compañero cronista de Huetamo, Ángel Ramírez Ortuño de Huetamo. San Lucas 22 de junio 1996, y desde entonces conservamos ese valioso testimonio que resguarda una buena cantidad de fotografías de la Revolución Mexicana, donde desfilan personajes destacados de Huetamo como el Gral. José Rentería Luviano, y el Gral. Gertrudis G. Sánchez, militar fronterizo pero fusilado en Huetamo el 25 de abril del año de 1915.

En la primera página de esa citada obra aparece la delicada figura de una mujer, cuyo nombre es el de Sara Castrejón, tía del cronista amigo Nájera Castrejón, y de ella cita el siguiente texto: “Sara Castrejón, nativa de la ciudad de Teloloapan, Gro; a lo largo de su existencia dedicó su tiempo a desempeñar el difícil pero hermoso arte de la fotografía. La lucha armada que se iniciara en 1910 la sorprendió con su ímpetu avasallador y cruel; sin embargo, Sarita, como cariñosamente la llamaban, no se amedrentó ante el embate revolucionario, sino más bien con pasión profesional , destinó su mejor esfuerzo para poder imprimir en sus placas las acciones más impactantes del momento, así como también captar con su lente a los personajes que en el devenir de los acontecimientos armados arribaban a esta ciudad y quienes prácticamente estaban escribiendo la historia. Muchas de las placas aquí publicadas, fueron obra de Sarita Castrejón”.

Pasaron desde entonces varios años, 16 para ser exactos, y desde entonces no hemos vuelto a ver al cronista de Teloloapan, a pesar de haber ido a buscarlo en ciertas ocasiones, sin embargo con la llegada del Centenario de la Revolución Mexicana, de pronto el nombre de Sarita Castrejón recobró una superior importancia al descubrirse que era, para orgullo del estado de Guerrero y de México, la primera mujer fotógrafa que había captado con precisión, valiosos testimonios de la lucha armada que se escenificaron en Teloloapan.

El antropólogo Samuel Villela relató en una entrevista a la periodista Anayeli García Martinez que Sara Castrejón nació en Teloloapan, Guerrero, en 1888 y documentó el movimiento social a lo largo de una década. En 1908 montó un estudio fotográfico y comenzó a trabajar. Cuando se inició la Revolución hizo un registro de eventos y personajes que incluyó tanto a los Maderistas como a los Constitucionalistas. ¿Qué se sabe de la vida y obra de Sara Castrejón? Sabemos que vino a estudiar a la ciudad de México, no sabemos dónde porque muchos de sus archivos se perdieron y ella no dejó un diario. Tenemos referencias indirectas, sabemos que puso su estudio y que desde entones y por más de 40 años tomó fotografías.

Hay obra de la fotógrafa dispersa por el estado de Guerrero. Su trabajo era de gabinete, la gente iba, se retrataba, ella tomaba fotos de niños, de sus cunas, de escuelas, de eventos cívicos y sociales. ¿Cómo es que se convirtió en fotógrafa de la Revolución? Ella vivía en una plaza importante, Teloloapan era la entrada a Tierra Caliente. Le tocó vivir y estar en el lugar cuando llegó la Revolución y como se había hecho de cierta fama por la calidad de sus fotografías pues todo mundo quería retratarse con ella.

Todos los combatientes, campesinos y generales que llegaban a su pueblo, así como los que después serían gobernadores de Guerrero, José Inocente Lugo y Abraham Castrejón, todos estos personajes, la tropa, campesinos y soldados, fueron retratados por ella, ahí está su legado, esa es la importancia de su obra.

De un extracto publicado por el periódico Milenio en el año del 2010, se relata cómo ese diario fue en busca del rastro de Sara Castrejón  Reza, la primera mujer mexicana que retrató la Revolución del Sur. En Teloloapan, Guerrero, sólo unas cuantas personas saben quién fue esta mujer, pero en su memoria le guardan un lugar muy especial. Y cómo no hacerlo si se trata de la primera mujer que retrató la Revolución Mexicana.       

Samuel Villela Flores, investigador del área de Etnología y Antropología social del Instituto Nacional de Antropología e Historia, se propuso reivindicar su figura. Para ello emprendió una ardua investigación con el propósito de encontrar los vestigios del material fotográfico que, sin quererlo, legó Sara Castrejón Reza al pueblo de México.

Castrejón fue la primera mexicana que fotografió la Revolución del Sur el 26 de abril de 1911, cuando las tropas maderistas, encabezadas por Jesús H. Salgado, tomaron Teloloapan. Lo mismo tomó sus fotografías en las calles que en su estudio, adonde acudían los principales líderes y la oficialidad maderista.

Originaria de Teloloapan, Sara Castrejón Reza nació en 1888 y falleció  en 1962. Quienes la conocieron dicen que fue un ser excepcional que se adelantó a su tiempo. Mientras la mayoría de las mujeres bordaban o se dedicaban a tareas del hogar, ella soñaba con estudiar fotografía. Para cumplir con ese anhelo viajó a los 18 años a la Ciudad de México.

Francisco Nájera Castrejón, cronista de Teloloapan y sobrino de la primera mujer fotógrafa de la Revolución, cuenta que su tía regresó de la urbe con su equipo de fotografía a cuestas para cumplir su vocación. La Revolución llegó a Teloloapan, y mientras la mayoría de las jóvenes eran escondidas o enviadas a la Ciudad de México, ella decidió quedarse a fotografiar el movimiento armado. “Era tan buena que retrató el instante justo cuando los fusilados iban cayendo tras recibir la ráfaga de balas”, relata su sobrino.

Cuando murió dejó muchas fotografías de la Revolución, pero su archivo fue saqueado por familiares lejanos, dado que nunca se casó ni tuvo hijos. “Vinieron familiares de Acapulco. Creían que había dejado dinero y por ahí aventaron el archivo. Otro de mis parientes que se metió a la casa tomó algunas fotos y las andaba vendiendo a cinco pesos o por cualquier moneda. Yo pude rescatar unas cuantas fotografías que publiqué en el libro Indómito luchador”.

Lo importante, afirma el cronista de la ciudad, es que ella estuvo en la Revolución y murió hasta que estaba ancianita, llegó a los 90 años. Ahora poca gente la recuerda, sólo algunas personas entradas en años. “Cuando nosotros desaparezcamos lo único que quedarán serán los libros donde podrán consultar quién era esa gran mujer”, explica Nájera Castrejón.

De la casa y el estudio de Castrejón Reza ni rastro queda. En el sitio donde vivió se localiza una tienda de electrodomésticos. Dejó un legado disperso que hoy se puede apreciar, aunque sea en una mínima parte, en el Museo Municipal de Teloloapan.

Doña Goyita Hernández Montero, encargada desde hace 26 años del Museo General Jesús H. Salgado, todos los días vela por este legado. “Aquí nos dejó mucha historia, conocemos pasajes de su persona y contamos con los recuerdos de los personajes ilustres que ella retrató”, nos explica.
A quien llega a preguntar por la fotógrafa de la Revolución, le muestra el libro escrito por Francisco Nájera Castrejón”. Hasta aquí el texto de Milenio, pero podemos decir con satisfacción que se trata del mismo escrito por el sobrino de Sarita, que nos obsequiara Don Francisco en San Lucas en 1996, y gusto nos da colaborar, aunque sea de modesta manera en la historia de esta extraordinaria mujer guerrerense.

Despertar del Sur, 18 de abril de 2012

http://www.despertardelsur.com/ds/index.php?option=com_content&view=article&id=34141:sarita-castrejon-primera-fotografa-de-la-revolucion&catid=1:region&Itemid=2

lunes, 9 de abril de 2012

He dado mucho a Taxco y poco he recibido, dice el cronista

RAYMUNDO RUIZ AVILÉS ( Corresponsal)

Taxco, 6 de abril. La Semana Santa de Taxco, así como la ciudad, son mi vida y por ella he dado mucho, aunque no he recibido tanto, señaló el cronista de la ciudad, Juan Crisóstomo Estrada González, con más de 80 años de edad.

Calificó el reconocimiento que le fue entregado hace unos días por instituciones de gobierno y educativas por sus más de 50 años dedicados a difundir la cultura e historia de este destino dentro de la inauguración de su exposición Retrospectiva de la Semana Santa en Taxco, como el máximo galardón que ha recibido porque “es el fruto del trabajo que se realiza; aunque tengo muchos reconocimientos, éste es el que más me emociona”.

Reconocido a nivel internacional por el protagónico de Judas que hizo por más de 35 años y como el judío pregonero de la sentencia de Jesús de Nazaret en la Semana Santa Taxco durante 55 años, aseguró que la semana mayor y la ciudad, han sido su vida porque se la ha entregado, pero no ha recibido apoyo total para su desempeño.

En la Semana Santa en Taxco participaste con el papel de Judas Izcariote y del pregonero. Esta celebración ¿qué significa para el cronista?

-Con estos dos personajes impacté a nivel mundial, utilizando por 35 años sólo la mímica, la túnica amarilla y la peluca cubriendo el rostro para Judas y como pregonero no me han podido igualar. La Semana Santa es un evento único y maravilloso que debe preservarse.

- Desde 1959 que comenzaste como cronista hasta la fecha, Taxco ¿que te ha dado?

- Me ha dado sólo diplomas (risas), porque de recursos recibo muy pocos para vivir y además para tener el material suficiente para ser cronista. Sólo recibo apoyo económico del ayuntamiento.

En medio de risas, por haber obtenido el premio otorgado por el gobierno del Estado de Guerrero, el Instituto Guerrerense de la Cultura (IGC), el Centro Cultural Taxco Casa Borda, la Cruz Roja Mexicana Delegación Taxco, Radio y Televisión de Guerrero (RTG), hotel Posada San Javier, D'Escorcia (tendencias en joyería), y el Centro de Enseñanza para Extranjeros campus Taxco de la Universidad Nacional Autónoma de México (CEPE/UNAM-Taxco), aseguró que este reconocimiento “sí me lo merezco, porque he trabajado intensamente para la conservación de las costumbres y tradiciones de nuestra ciudad”.

-Como cronista, ¿eres parte de la historia de Taxco?

-No, soy parte de la historia de Taxco, porque recuerdo muchos acontecimientos y los voy recopilando para dar a conocer lo ocurrido como son costumbres y tradiciones, hasta tragedias si es posible.



http://www.lajornadaguerrero.com.mx/2012/04/07/index.php?section=regiones&article=007n3reg