miércoles, 12 de octubre de 2011

Cutzamala: pretende cronista Alfredo Mundo abrir un museo

Escrito por Jesús Santos Benítez

CUTZAMALA DE PINZÓN, GRO. El cronista municipal Alfredo Mundo Fernández dijo a Despertar del Sur que tiene el propósito de abrir un museo particular, debido a que hace falta y el gobierno municipal no cuenta con el recurso material para ponerlo en funcionamiento.

En ese museo, agregó el escritor, se van a exponer documentos históricos de personajes que lucharon por la independencia de México y que son originarios de esta población.

Se hará un retablo para exponer fotografías antiguas que representan al viejo Cutzamala y el desarrollo social, cultural y económico, adelantó.

Dijo que además se van a exponer copias de documentos que se encuentran en el archivo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), y que tienen una antigüedad de 200 años, “me refiero a documentos históricos de 1860”.

Se trata de datos del sitio de Cutzamala y las firmas de sacerdotes plasmadas en 1820 y 1862, un documento auténtico de la fecha en que se erigió la torre de Cutzamala, quién la construyo y los nombres de las personas que aportaron su cooperación para edificarla, añadió Mundo Fernández.

La idea de abrir un museo es para dar a conocer la historia y su tiempo de Cutzamala, en la que participarán Alfredo Mundo Fernández y René Fernández Rojo como impulsores del proyecto.

Sólo falta confirmar el lugar social para establecer el recinto de las instalaciones del museo, “desde luego, se pretende que este sea un lugar amplio, dentro del primer cuadro de la cabecera municipal”, dijo para concluir el escritor Alfredo Mundo Fernández.

Despertar del Sur, 12 de octubre de 2011


http://www.despertardelsur.com/ds/index.php?option=com_content&view=article&id=27063:cutzamala-pretende-cronista-alfredo-mundo-abrir-un-museo&catid=1:region&Itemid=2

lunes, 3 de octubre de 2011

Azoyú, historia y tradición


Opinión

Emilio Bustos Aguilar

Para celebrar en grande la llegada del iglesia católica a la Costa Chica de Guerrero, y de manera particular a Azoyú, enarbolando como divisa amor y paz a los hombres de buena voluntad, se ha movilizado la iglesia católica representada por el dinámico sacerdote Joel Salazar Bailón, como a las diversas mayordomías responsables de cumplir el viejo rito anual para honrar y homenajear al querido patrón del pueblo, el invencible batallador, San Miguel Arcángel.

Intentar contar la historia de este hecho de tanta significación, porque transformó antiquísimos hábitos y costumbres de los nativos de este nuevo mundo, choca con la tradición oral, que de boca en boca y, por generaciones, recibimos los actuales moradores de Azoyú, al carecer del necesario sustento histórico, reduciéndolo a lo novelesco, utópico o mitológico.

Según la tradición, para la evangelización tuvieron que contar con un lugar ex profeso y céntrico de la comunidad, para lo cual, los primeros misioneros y feligreses habilitaron un rústico jacalón, con techo de zacate; con el tiempo edificaron una iglesia de adobe con piso de ladrillos, que derribó el sismo de 1936; el pueblo, las mayordomías, al no haber sacerdotes de planta, edificaron un tercer templo, que por su mal estado, después de muchos años de servicio, fue demolido para edificar la actual parroquia, correspondiendo este mérito al padre Rafael Cortés Gaspar, actualmente radicado en Ometepec, su tierra, en donde también asumió la responsabilidad de construir la actual catedral, orgullo de esa ciudad.

Hurgando en viejos archivos, que en parte fue posible localizar, con certeza puede afirmarse que, si bien el 8 de mayo de 1811, los portadores de la buena nueva llegaron para fundar la parroquia de Azoyú, a partir de 1533 se inició formalmente la evangelización de los habitantes de la Nueva España, con la participación de sacerdotes agustinos y franciscanos; correspondió iniciar en nuestra región esta tarea a Fray Juan Bautista Moya, Fray Martín de la Coruña y Fray Jerónimo Jiménez de San Esteban.

Por razones de organización y espacio, sería largo y prolijo detallar las diversas jurisdicciones de la parroquia de Azoyú; en sus inicios correspondió a la Diócesis de Puebla, que abarcaba Chilapa, Ayutla, San Luis Acatlán y Ometepec; cuando la parroquia de Ayutla ascendió a la categoría de vicaria foránea, la parroquia de Azoyú fue incorporada, igual que la de Cuilutla y San Luis Acatlán.

También fue “sufragónica” de la parroquia de Ometepec; Posteriormente, la parroquia de Azoyú tuvo a Chilapa como Diócesis y finalmente corresponde a la de Acapulco.

Esta Diócesis, seguramente para mejorar a la feligresía su misión apostólica, incorporó al decanato número 9 “El buen pastor” a las parroquias de Ometepec, Xochistlahuaca, Tlacoachistlahuaca, Igualapa, Azoyú, Cuajinicuilapa, Huajintepec y Zacualpan.

La evangelización de las costas del mar Pacífico fue acometida con el fervor y ánimo que siempre distinguió a los primeros representantes de la nueva religión, para erradicar la idolatría que por siglos había prevalecido entre la diversidad de etnias que habitaban este nuevo continente; quizá como consecuencia de la adopción de la nueva doctrina, se hayan dado las confrontaciones de la que nos habla la tradición; por ejemplo, se dice que por diferencias internas, sin que sepamos las causas y sus orígenes, los indígenas de Azoyú robaron al pueblo de Pinotepa de Don Luis a su Santo Patrón, San Miguel Arcángel, trayéndose, junto con el Santo, a tres señoritas, más las campanas mayores; se dice que una de las doncellas fue enterrada viva en el camino y que las otras dos, también vivas, fueron enterradas al lado de la entrada de la puerta del templo de Azoyú, lo que impidió que los aborígenes de Pinotepa de Don Luis recuperaran a San Miguel y sus campanas (por la leyenda que figura en dicha campana, hace suponer que fue forjada en Italia y llevada a España, de donde fue traída a Cuba y de Cuba a México).

Ante la frustración de su intento, los de Pinotepa de Don Luis se llevaron al que en aquel entonces era patrón de Azoyú, San Sebastián.

A grandes rasgos, y seguramente omitiendo muchísimos datos que enriquecerían la historia de la llegada de la iglesia católica a Azoyú, su labor apostólica ha sido positiva, tanto que San Miguel Arcángel, desde hace dos siglos, está firmemente arraigada en el alma y en el corazón de los azoyutecos, y si a esto se añade la permanente labor evangelizadora de los diversos sacerdotes que han tenido esa delicada responsabilidad, como natural consecuencia, somos testigos y partícipes de homenajes tan singulares como el tributado en ocasión de los doscientos años de la llegada de la iglesia católica a nuestro querido Azoyú.


Suplemento Vida y Sociedad, en El Faro de la Costa Chica, 30 de septiembre de 2011

Azoyú, a través de su historia

Las civilizaciones prehispánicas estaban formadas por diversos grupos sociales: gobernantes, sacerdotes, jefes militares, comerciantes, guerreros, artesanos, agricultores, etc. También fueron excelentes astrónomos y matemáticos, y tenían un alto conocimiento del uso de la herbología o herbolaria.

Creían en más de 200 dioses siendo los principales el Dios de la Lluvia, el Dios de la Guerra y el Dios de la Sabiduría (Tláloc, Huitzilopochtli y Quetzalcóatl, en náhuatl).

Atribuían muchos fenómenos naturales a la ira y felicidad de los dioses y se dice que se les ofrecían sacrificios humanos por temporadas. Usaban un calendario civil de 365 días (Xihuitl, en Náhuatl) y un calendario sagrado de 260 días desde el cual se extraían horóscopos y días funestos (Tonalpohalli, en Náhuatl).

Gran parte del conocimiento que tenemos sobre las culturas indígenas de la época de la conquista se lo debemos a los misioneros. Aprendieron las lenguas, escribieron diccionarios y recogieron información valiosa sobre el saber y las formas de vida prehispánicas.

Numerosos grupos de indígenas se resistieron a abandonar sus creencias, pero al paso del tiempo el catolicismo se arraigó en la población indígena y mestiza. A los rituales religiosos se incorporaron formas de celebración y de culto, que tienen su origen en las tradiciones antiguas y que dieron al catolicismo popular una personalidad propia.

Códices Azoyú I Y II:

Los códices Azoyú I, (Humboldt Fragmento) y Azoyú II, que relatan los anales de la historia y tributación de las etnias tlapaneca, mixteca y nahua, que convivieron en el territorio del Reino de Tlachinollan, comparten su registro calendárico.

El estudio del Códice Azoyú 1 (Constanza Vega, 1991), ha mostrado a través del registro de sus años, que abarca de 1300 a 1565, después de Cristo, los nombres de los pueblos, las genealogías de los gobernantes, las ceremonias de conquista y dominación de pueblos. Igualmente, los datos sobre población vertidos en la Relación de Pueblos de 1571, escrita por fray Alonso Delgado (1904: 97-107), han mostrado la existencia de este reino cuyo territorio se localizaba en la región oriental de la Sierra Madre del Sur, el cual quedaba comprendido entre los pueblos de Chiepetlan, al Norte; Totomixtlahuaca, al Sur; Atlimeaxac, al Este; y Quecholtenango al Oeste.

Desde el punto de vista histórico y geográfico, los tlapanecos se dividen en dos grupos: los tlapanecas del Sur (Yopes) que no estaban gobernados por los aztecas y formaban parte del señorío independiente de Yopetzingo; y, por otra parte, los tlapanecos del Norte, que estaban asociados con Tlapa (antiguo Reino de Caltitlán-Tlachinollan) y fueron tributarios de los mexicanos.

Sin embargo, los yopes y tlapanecas son, o eran, un único grupo con algunas variaciones dialécticas.

Estos yopimes y tlapanecas eran de la comarca de Yopitzingo, es por eso que les llamaban Yopes, que quiere decir “hombres almagrados”, porque se embijan con color; su ídolo se llamaba Tótec Tlatlanchqui Tezcatlipoca, que quiere decir Ídolo Colorado, pues su ropaje era así, colorado, y lo mismo vestían sus sacerdotes.

El códice Azoyú I, relata que la dinastía de Tlapa se inició en el año 3 ollín (1300 d. C.), por los señores Muerte y 10 Venado. Durante un lapso de 120 años, los señores Tlapanecos fueron forjando su poder en medio de una serie de conflictos regionales, hasta que en el año 7 ehécatl (1421 d. C.) el gobernante Bandera de plumas de Quetzal, logró consolidar el poder de Tlachinollan. Este gobernante comenzó un período de expansión con el dominio de los señoríos competidores.

Sin embargo, la expansión tlapaneca se vio detenida por la irrupción mexica en el norte de la montaña a finales del siglo XV, las presiones de la triple alianza se sintieron por el año 1461, durante el gobierno de Moctezuma I, cuando se estableció una frontera de guerra a lo largo del río Zizintla.

De acuerdo con el códice Azoyú I, Tlapa se rindió a los ejércitos Mexicanos en el año 7 Venado del calendario tlapaneca, entre el 19 de mayo de 1486 al 18 de mayo de 1487, durante el gobierno de Ahuitzotl.
El emperador Moctezuma denominó pueblo tributario de los mexicas a “Tlachichinolapa”. El tributo consistía en piedras semipreciosas, lana, mantas y pieles de animales. Así permaneció durante los reinados de Tizoc y Ahuizotl. Hacia el gobierno de Moctezuma Xocoyotzin, el señorío tlapaneco fue integrado al territorio conquistado y sólo algunos tlapanecos lograron salir hacia Azoyú.

Tiempo después, el señorío de Tlapa fue conquistado por los españoles entre 1521 y 1522. Por la riqueza de sus placeres auríferos fue adjudicado al mismo Cortés en 1526, pero éste nunca pudo reclamarla, por lo cual fue ocupada por el tesorero Alfonso de Estrada y Bernandino Vázquez de Tapia; la región tlapaneca comenzó a ser evangelizada por los agustinos desde 1535, quienes fundaron conventos en la montaña, principalmente a lo largo del río Tlapaneco y en el área de Totomixtlahuaca. Todas las doctrinas fueron secularizadas antes de 1777, pasando la provincia a ser administrada por la Diócesis de Tlaxcala y posteriormente por la de Chilapa.

El pueblo de Azoyú fue fundado en 1486, por una tribu tlapaneca emigrante del “Reino Tlachinollan", y en época de la Colonia llegó a ser cabecera tributaria de varios pueblos.

Durante la época colonial, Azoyú estuvo ligado siempre a la jurisdicción de Tlapa. Al pasar Tlapa a ser encomienda, Azoyú fue designado “Encomienda de su majestad”; es decir que queda en manos de caciques indígenas aliados al poder español.

La religión católica en Azoyú

Aunque se dice que la región fue evangelizada por los frailes agustinos en el año de 1535, en el pueblo de Azoyú no se contaba con un representante de la Iglesia católica. Los sacerdotes asistían esporádicamente a oficiar desde San Luis Acatlán u Ometepec, a lomo de caballo y en ocasiones a pie; no fue sino hasta el año de 1811 cuando fueron designados los presbíteros José Antonio Cárdenas y José Guzmán Ortega, como los primeros evangelizadores permanentes en el municipio de Azoyú; sigue una larga lista de los sacerdotes que han prestado su servicio en esta comunidad, destacando el presbítero Rafael Cortés Gaspar, quien a finales de los años 50 inició la construcción de la actual iglesia que luce nuestro pueblo. Cierra la lista el presbítero Joel Salazar Baylón, actual párroco del templo de San Miguel Arcángel, el santo patrono de los azoyutecos.

No cabe la menor duda que el pueblo de Azoyú cuenta con una sólida y añeja historia que habla de su fundación, de su relación con el pueblo de Tlapa; de su cultura, de su política; de sus más de 300 mayordomías que guardan y conservan sus tradiciones y costumbres, de su gente que a pesar de sus diferencias ideológicas, y que hoy observan una tolerancia hacia otras manifestaciones religiosas. La mayoría converge en un punto: la convivencia familiar y social en torno a un credo que por siglos los ha mantenido unidos, en paz social, y orgullosos de sus raíces.
Y preparémonos para vivir la experiencia que nos brinda la celebración de “La Llorada” el próximo día 6 de octubre. Un increíble y conmovedor acto de perdón y memorial colectivo. No se lo pierda.

Compilación: Isaías López Abundis

Suplemento Vida y Sociedad, en El Faro de la Costa Chica, 30 de septiembre de 2011

Arrancan hoy festejos por el 126 aniversario de erección del municipio de San Marcos


Parroquia de San Marcos Evangelista


El municipio de San Marcos, "tierra de las mujeres bonitas", se encuentra de manteles largos al cumplirse 126 años de su erección como municipio, lo cual llena de alegría y gran orgullo a todos los sanmarqueños.

San Marcos, ante conocido como el poblado de La Estancia, y que tras su evangelización adoptó el nombre de su santo patrón, San Marcos, fue erigido como municipio por el gobernador Francisco O. Arce, el 29 de septiembre de 1885.

Cabe mencionar que de acuerdo con la monografía oficial del municipio de San Marcos, éste se localiza en la costa sur-sureste del estado de Guerrero, en la región económica y cultural de Costa Chica; La superficie del municipio cuenta con una extensión territorial total que cubre 960.7 kilómetros cuadrados; lo que representa un 1.51 por ciento respecto a la superficie territorial total del estado. Sus colindancias territoriales son al norte con los municipios de Tecoanapa y Juan R. Escudero, al sur con el Océano Pacífico, al este con Florencio Villareal y parte de Tecoanapa y al oeste con Acapulco de Juárez.

Entre sus atractivos figuran los 43 kilómetros de litoral marítimo con playas vírgenes, que están en proceso de urbanización. Estas playas son visitadas por la población local en temporadas vacacionales como es Semana Santa, las vacaciones de verano y la época decembrina. “Si iniciamos un recorrido partiendo de San Marcos, encontraremos paisajes de vegetación tropical, palmeras, laguna y mar, llegando a un lugar exótico conocido como la Laguna de Tecomate”, citan cronistas.

Esta laguna se extiende a lo largo de 22 kilómetros y su composición es de agua dulce y agua salada por la entrada de mar en la Barra de Santa Rosa. Posee una variada flora y fauna, formada por manglares, palmeras y árboles tropicales.

La población de Tecomate la integran unas 200 familias que viven de la pesca y un poco de la agricultura y la ganadería.

La playa El Dorado, es una de las principales de San Marcos, que en la época de vacaciones es abarrotada por los miles de visitantes.

En este municipio se pueden encontrar amplias playas por un mar abierto, que permite la natación y la práctica de deportes acuáticos como el surf. En temporadas vacacionales se instalan servicios de alimentos y bebidas en ramadas rústicas y operativos especiales para garantizar la seguridad de los turistas.

A cinco minutos se encuentra otra playa similar conocida como el Amesquite, mientras que en la comunidad de San José Guatemala se encuentra el Campamento Tortuguero a cargo de la Asociación Civil “Déjame Llegar al mar” A. C., organización que lucha intensamente por la preservación de las más importantes especies de tortugas que habitan en estos litorales.

En algunas comunidades del municipio se han descubierto lugares donde brotan aguas termales, por ejemplo, El Coacoyul, El Cortez, El Tamarindo y Yucatán de las Flores.

En el municipio se cuenta con pocos monumentos históricos, uno de ellos es en honor a Cuauhtémoc, el último emperador azteca, y la parroquia del Señor San Marcos Evangelista. La Iglesia del Santo Patrono del pueblo está formada por un agradable jardín en el que se puede disfrutar el paisaje citadino, descansar y relajarse en un ambiente agradable y de mucha tranquilidad.

Además es una reliquia religiosa histórica y cultural por el hecho de haber sido el sitio en que el párroco de la misma escribió la famosa canción de “La Sanmarqueña”.

San Marcos es también cuna de destacados grupos musicales que han alcanzado reconocimientos nacionales e internacionales.

Aquí cada año se celebra la tradicional Feria Regional en honor al Señor San Marcos, con eventos religiosos, sociales y culturales, siendo el 25 de abril el Día Grande para los sanmarqueños.

Llamativos son también sus concursos de belleza que confirman su bien ganada fama como “el lugar de las mujeres bonitas”.

A partir de este viernes 30 de septiembre, pueblo y gobierno de San Marcos festejarán los 126 años de la erección de este pueblo como municipio, con encuentros cívicos, artísticos y sociales.

Por FRANCISCO Javier Hernández
San Marcos, Gro.

Suplemento Vida y Sociedad, en El Faro de la Costa Chica, 30 de septiembre de 2011

Festeja Azoyú 200 años de evangelización permanente


*6 días de fiesta para San Miguel Arcángel en un pueblo con más de 500 años de historia

En el marco de los festejos de San Miguel Arcángel, Santo patrono de Azoyú, este pueblo de origen tlapaneco festejó el bicentenario de su evangelización permanente, ya que, según registros, en el año de 1811 llegó a esta costumbrista y tradicionalista comunidad, el primer sacerdote que habría de hacerse cargo de las celebraciones eucarísticas, para así fomentar el cristianismo entre sus pobladores.

La llegada de estos evangelizadores se dio 322 años después de que Azoyú fuera fundada por una tribu tlapaneca que habría emigrado desde el reino de Tlachinollan.

En honor a este acontecimiento, y aprovechando la fiesta del San Miguel Arcángel, se llevaron a cabo seis días de actividades culturales y religiosas en la que participaron, como ya es costumbre, los seis barrios de la cabecera municipal, festejos que culminaron este jueves, 29 de septiembre, con la celebración de una misa que fue oficiada el arzobispo de Acapulco, Carlos Garfías Merlos, quien a su vez estuvo arropado por siete sacerdotes del decanato número nueve “El buen pastor”.

Día 24. La recepción de Chuchapa

Las actividades religiosas dieron inicio el día sábado, 24 de septiembre, con la tradicional recepción del sacerdote, en el arroyo Chuchapa, entre feligreses de los diferentes barrios que conforman la comunidad; con este encuentro se emula la recepción que anteriormente se le daba al sacerdote que la iglesia católica enviaba desde la parroquia de Chilapa, vía San Luis Acatlán.

Día 25. La llegada de San Miguel

Como ya es tradición, el día 25 de septiembre, el pueblo azoyuteco encabeza una peregrinación desde la vecina cabecera municipal de Juchitán. Con este acto se recuerda la bienvenida que el pueblo de Azoyú le diera al santo patrono cuando fue recuperado de la capilla de Pinotepa de Don Luis.

Al respecto de este pasaje, en los anales de la historia de Azoyú se registran dos versiones: en la primera, cuentan los principales (ancianos del pueblo), se inició una disputa entre el pueblo de Pinotepa de Don Luis, Oaxaca, y el pueblo de Azoyú, puesto que los primeros se llevaron a Pinotepa de Don Luis al anterior santo patrono de los azoyutecos, San Sebastián; en venganza, los azoyutecos se robaron al Santo Patrono de Pinotepa de Don Luis, San Miguel Arcángel. Se dice que el hurto y la recuperación de San Miguel se repitió en varias ocasiones, hasta que los pobladores de ambos pueblos decidieron darle término a esta disputa dejando a los dos santos en los lugares que se encuentran actualmente, San Miguel en Azoyú y San Sebastián en Pinotepa de Don Luis, preservando entre sí un lazo de mutuo respeto y hasta de hermandad.

Día 26. Contingente de Pinotepa de Don Luis

Tras el literal intercambio de santos patronos, y para refrendar el compromiso y vínculo eclesiástico (cuya historia merece una mención aparte), el día 26 un contingente del pueblo católico de Pinotepa de Don Luis, Oaxaca, visitó el santuario de San Miguel. Ese mismo día se contó con la visita de otro contingente venido desde Igualapa.

La recepción de ambos contingentes se llevó a cabo en la entrada de la cabecera municipal, precisamente en el lugar conocido como “Las Ollitas”, desde donde marcharon hacia el centro de la población acompañados por bandas de “Chile Frito” y danzas tradicionales. Fue un memorable encuentro de diferentes culturas y una sola fe.

Día 27. Lavada de la plata

Hacia el mediodía del cuarto día de fiesta, los feligreses de Azoyú llevaron a cabo el “lavatorio” de los ropajes del Arcángel San Miguel, labor que, según la tradición, recae en los indígenas tlapanecos del barrio Oriente. Para llevar a cabo esta actividad, el jefe de los Ejércitos de Dios es bajado de su solio. Junto con los ropajes, los fieles también lavan el oro y la plata que adorna al Santo Patrono.

Por la tarde, se desarrolló un acto cultural en la explanada cívica ubicada frente a la iglesia, donde participaron artistas del pueblo como Juan Carlos Bautista y sus teclados; Alfredo Niño y su hijo Norier; de Ometepec participaron Mariano y Laurita; Nacho el hijo de Leonardo “El Romántico”; Mateo y sus amigos; Luciano Hilario y Ramiro Aparicio, un excelente cantante de Igualapa, todos ellos interpretaron lo mejor de su repertorio musical.

Día 28. Cambios de mayordomos

En el penúltimo día de fiesta se llevó a cabo el cambio de la mayordomía; en esta ocasión los mayordomos salientes fueron Helmer Bustos García y René Nabor; mientras que lo que recibieron fueron Mauro Santiago Hernández y Lorenzo Hernández Hernández, quienes se encargarán de la organización de los festejos del año próximo, 2012.

Día 29. El festejo grande

Como todos los años, durante la madrugada del día 29, en la parroquia que lleva su nombre, se cantaron mañanitas en honor a San Miguel Arcángel; luego, a las 10:00 de la mañana, inició el arribo de cada barrio a la plaza cívica, la cual se techó con enormes lonas para improvisar el altar donde se celebraría una misa solemne.

De manera inédita, por primera vez en 200 años de culto, y para dar cabida a los feligreses convocados, la plaza cívica de Azoyú fue habilitada como santuario de San Miguel Arcángel y hasta ese lugar se congregaron los feligreses de las capillas de “Los Liborio”, de “Los Remedios”, del Barrio del Tepeyac, del barrio de La Tejería, dem la capilla de la Virgen de Guadalupe y de la capilla de San José.

Cada contingente arribó con sus respectivas bandas y danzas, como “La Conquista”, “Los Diablos”, “Los Tlaminques”, “Los Vaqueros”, “El Toro de Petate” y el “Macho Mula”.

Fue hacia las 12:00 del día cuando San Miguelito fue bajado de su solio por un comité integrado por indígenas nativos, quienes lo llevaron al altar improvisado donde se celebraría la magna misa.

Mientras los contingentes religiosos hacían acto de presencia, en el estrado se encontraban autoridades civiles, a saber, el presidente municipal, Omar Justo Vargas; la subcoordinadora de los Servicios Regionales Educativos de la Costa Chica, Consuelo Ibancovichi Muñoz; Luis Justo Herrera, además de comisarios municipales.

El contingente que entronó a San Miguel Arcángel en su improvisado solio era encabezado por el párroco decanato, Joel Salazar Bailón. El Santo Patrono era flanqueado por el arzobispo de la Arquidiócesis de Acapulco, monseñor Carlos Garfias Merlos; Erasto Juárez Julián, vicario episcopal en la Costa Chica y párroco de Marquelia; Pedro Rumbo Alejandri, párroco de San Luis Acatlán; Roberto Coleman, de Zacualpan; Juan Sánchez Espinoza, de Quetzalapa; y Nicolás Orbe de la O., de Igualapa.

La celebración de la eucarística estuvo oficiada por el Arzobispo, Carlos Garfias Merlos, en conjunción con los párrocos del decanato número nueve, quienes también confirmó en la fe cristiana a niños y jóvenes del municipio.

Por la tarde, el pueblo disfrutó de las danzas tradicionales del pueblo, como Los Diablos, La Conquista, El Tigre y El Toro y los Vaqueros; y por la noche se quemó un castillo de juegos pirotécnicos, cerrando con ello los festejos del 200 aniversario de la evangelización permanente en Azoyú.

Por ISAÍAS López Abundis
Azoyú, Gro.

Suplemento Vida y Sociedad, en El Faro de la Costa Chica, 30 de septiembre de 2011